viernes, 12 de mayo de 2017
MAMA! HAY UN MONSTRUO BAJO DE MI CAMA, CAPITULO II - ANDRES RIVER
6:13 by EL CUERVO
Seguimos con el Capitulo II de este cuento de terror.
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CAPITULO II
Nada. Un esfuerzo hecho en vano. Bajo
la cama sólo había un extraño baúl que no reconocía como pertenencia suya.
Estaba aliviado y a la vez extrañado
por aquel extraño objeto. No quería abrirlo. Bueno, en realidad si quería, pero
no le llegaba la camisa al cuerpo.
Extrañado por aquella caja que
había llegado de tan forma repentina a su cuarto, volvió a encender su
candelero y tomó la caja. Era una caja de madera con retoques de mármol y
adornada con oro, plata, y joyas. Peter pensó que esto debió de ser algún baúl
perteneciente a alguna dama de la nobleza, o a alguna baronesa.
Pero fuera como fuese, pertenecía a
alguien rico.
Tenía un candado oxidado colgando de
su abertura. Tarde o temprano se caería. Lo presentía. A fuerza de darle
golpetazos se abrió. Peter ilusionado, abrió la caja sin cortarse un pelo.
Nada más abrir el enigmático baúl. Un
ligero perfume a mujer se expandió por toda la habitación. Dejando que el hedor
se extinguiera poco a poco.
Dentro de la caja había miles y miles
de cartas quedamadas y en pleno proceso de putrefacción. También residían
frascos de perfume, un cepillo, un puñal y una cruz de madera.
Cuando Peter iba a meter la mano para
sacar algo oyó pasos hacia su habitación, y notó la luz de la mañana
colarse por la ventana.
-Oh, no-Se dijo a sí mismo.
Repentinamente cerró el baúl, lo
metió debajo de la cama y se acostó en vano.
Hortensse entró por la puerta con una
cara no muy alegre.
-Hijo, levantate ya...¿Has visto qué
hora es?
-Emm...Pues...no pero...-Fingió.
-Hazme un gran favor, hijo. Levántate de una vez y baja a
la cocina...Corre, vamos...
-Ahora mismo, madre-Dijo mientras se
levantaba de un salto.
-¿Ya es de día?-Pensó-Vaya.
La cocina era pequeña, a pésar de el
tamaño de la casa.
El padre tomaba café y lo miraba
fijamente, con una cara no muy animada.
-Hijo...-Atacó junto con un
suspiro-No te veo muy alegre desde que nos hemos mudado aquí. ¿No te gusta la
casa?.
El pequeño se encogió de hombros.
-Vamos...¿por qué no te gusta?,
nosotros nos preocupamos por tí-Dijo mi madre desde atrás.
-No es que no me guste; es que me da
la impresión de que en esta casa no sólo vivimos nosotros tres sino...Que hay
alguien más...
A el padre se le escapó una
risa. Hortensse le lanzó una mirada amenazadora para desaprobar infame
carcajada.
-¿Qué quieres decir con eso?-Dijo la
madre dirigiéndose a su hijo.
-Anoche, mientras dormía. Escuchaba
crujidos extraños, notaba que me estaban mirando. Bajé a la cocina a por agua y
notaba que los cuadros del pasillo me seguían con la mirada. Además, después de
todo eso, encontré un extraño baúl bajo mi cama, con unas cartas quemadas, una
cruz un puñal y...Olía a mujer...Y...-Explicó.
-Vamos, hijo...-Dijo Isaac, su padre,
poniéndole la mano en la espalda.
-¡Que sí!, yo lo ví...Era un baúl de
madera con mármol blanco, con retoques de oro, plata y joyas. Os lo puedo
demostrar. Está bajo mi cama.
-Ah...Hijo, pero...
-Mirad, subamos a mi cuarto, y
también veréis los cuadros extraños.
Al llegar al pasillo...
-Los veís a...¿¡Qué!?
Los cuadros, habían desaparecido
completamente.
-¿Qué cuadros, hijo?-Dijo su madre
con los ojos llenos de miedo.
-No pero...si...Bueno, en mi
habitación. Bajo mi cama...Aquí está el...¿¡Qué!?
-Hijo...ahí no hay ningún
baúl...
-Pero si estaban ahí...yo...
-Hijo-Dijo el padre con su voz
cortante-Esto...no es normal.
-Lo sé-Interrumpió Hortensse, vamos a
tener que llevarte a un médico.
-No me pasa nada, madre, padre, lo
puedo explicar.
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